A propósito de Rio de moda.

140 caracteres son muy poco para mi. Estoy hasta dudando en que idioma escribir. Yo, la políglota. Pero de lejos necesito desahogarme. Y recurro a las letras, nosé si bien o mal, en español, portugues, que se yo!
Porqueria de twitter, no me dejaré seducir, es maligno. La pereza de leer.
Ideas totalmente a toa

Mi história en Rio, mis casi 5 años en la ciudad. Hace parte de mi. Ya escribí sobre la ciudad, nunca de las contradicciones de los cariocas. Talvez porque siempre explicaba lo que sentía en la mesa de un bar. Comiendo pizza, bebiendo cerveza (solo yo) y en la época, fumando.

En mi estadia fuera de Rio,no he conseguido sentarme en un bar a beber cerveza y conversar sobre contradicciones. No porque no he querido, sino porque no me he encontrado. Fica dificil.
Hoy, como solo veo Rio en la tv, me acuerdo de las contradicciones. Y eso sí,Rio siempre vivió en medio de una guerra civil. Lo dije en la clase sobre politicas publicas en la ENSP a la profesora Celia Almeida en 2006. Admiraba como viviamos en ese medio, y mi impresión era que solo yo tenía miedo. Los otros no salían corriendo cuando oían tiros, no se echaban al suelo, no gritaban. Era parte del cotidiano. Quería ser así en la época.

Y lo acepto, nunca me acostumbré. Tenía miedo de coger el bus de la ensp porque pasaba cerca de la favela, tenía miedo de ruidos. Una vez, estabamos con mi roommate paseando por copacabana cuando escuchamos un Bom!!!. Mi roommate era ecuatoriano. Eĺ: un tiro! yo: (grito). Era un carro pasando por una tapa de alcantarilla (tampa de esgoto).
Un dia, fuimos a dejarle a una de las cariocas más valientes a su casa, en la Ilha. Teníamos que pasar por esa avenida q me causaba terror. Para colmo, no había luz. Estuve acostada en el asiento de atŕas durante todo el viaje. Casi llorando de miedo. No pasó nada, solo se rieron de mi cara y actitud cobarde. Y soy una, que tiene una saudade enorme de esa ciudad y su gente.


Amigos, estoy entregando la súmula psicopatológica de mi persona.

Sete Belo é aquela bala rosa, da embalagem com a carta do baralho, com gosto de infância. A embalagem está aí, no logo do blog. O gosto de infância está nas tais prosas agridoces, porque infância é memória, saudade das tardes fagueiras, do romantismo de Casimiro de Abreu. Mas infância é também o que a gente leva ao longo da vida, o romantismo que faz médicos psiquiatras fantasiarem que podem escrever, tentar escrever um blog coletivo. O entusiasmo acabou rápido, tal qual crianças que enjoam logo da brincadeira, paramos de escrever. Alguns nem conseguiram começar. Mas aí, como senescentes ainda não estamos, e como estranhas coincidências existem nesse mundo, lembramos, eu e Vitor, no mesmo mês, do blog. Venho eu visitá-lo, como quem visita o Coliseu, já sabendo que nada mudou, e me surpreendo com a postagem novinha ainda do Vitor. Só pode ser um sinal dos deuses para recomeçarmos a brincadeira. Alguém quer mudar as regras?

segunda-feira

Sou o responsável pelos posts das segundas-feiras. Escolhi a segunda talvez para ter todo o final de semana para sofrer com o compromisso que não seria cumprido na fatídica segunda.

Esqueci até da existência do blog, e foi o google (sempre ele) quem me lembrou. E escrevo hoje, pela primeira vez. Numa quarta-feira.

Os autores deste blog estão muito distantes, já não vejo Felipe, Rodrigo, Majana e Clarisse há mais de um ano. Rodrigo até se casou, e não estive lá. Eu ando muito longe. Talvez escrever aqui possa ser um movimento de reaproximação.